Manuel Aranaz Castellanos nació en La Habana en 1875. Su familia se trasladó a Bilbao cuando el escritor contaba diez años de edad. Trabajó como agente de Bolsa, y en 1901 ingresó en la redacción de El Liberal, diario del que fue director entre 1906 y 1912. El escritor fue un activo organizador de pruebas deportivas lo que le hizo muy popular en la sociedad bilbaína. Unas inversiones mal realizadas le llevaron al suicidio en 1925.
En 1897 publicó su primera obra: En babuchas que ya configura su mundo artístico. Tras esa incursión publicó novela: Calabazatorre (1900), Carmenchu (1903), Begui-Eder (Nuestra Señora de los Ojos Hermosos) (1919) y el teatro. Pero su obra más conocida se centra en las seis series de Cuadro Vascos que aparecen entre 1908 y 1924.
Jon Juaristi (1996), quien seleccionó su obra para una edición moderna, destaca que su literatura se equivocó al sumarse a la corriente costumbrista imperante en el Bilbao de su tiempo, puesto que su obra realiza una crítica de las zonas oscuras del capitalismo, sin llegar a la protesta socialista. Concluye diciendo que: “Aranaz fue un moralista implacable antes que un escritor preocupado por resolver los problemas sociales” (1996: 272). Sin embargo, subraya que su prosa mantiene interés porque el escritor fue un buen observador de la clase ociosa bilbaína de principios del siglo XX.
Javier de la Granja (1996) ha descrito la obra de Aranaz Castellanos y señala los aspectos críticos de su obra. Así en sus 98 cuadros de costumbres critica la hipocresía social, realiza crítica política, no se olvida de la sátira del clero, y de la ironía contra la glotonería y el alcoholismo: A la vez que muestra el mundo industrial en el que se desarrolla su vida financiera. Aranaz Castellanos rompió con la nostalgia de la generación anterior y mostró los problemas acuciantes de la generación bilbaína que ya había entrado en la sociedad industrial.
Jon Kortazar