El batallón de Voluntarios Auxiliares fue una milicia ciudadana creada para defender Bilbao ante los ataques carlistas, siguiendo el modelo liberal creado por la Milicia Nacional.
El Batallón de Auxiliares se creó en abril de 1872, al iniciarse el primer alzamiento carlista, bajo la dependencia del Ayuntamiento. Y fue disuelto el 11 de abril de 1876 al terminar la guerra. Desde su creación quedó, bajo la directa dependencia del ayuntamiento de Bilbao cuyo alcalde pasó a ser jefe del citado batallón.
El 15 de septiembre de 1872 fue nombrado Luis Sacristán como Comandante único del Cuerpo de Voluntarios.
El Batallón estaba compuesto por ocho compañías y la plana mayor formada por el Comandante, dos ayudantes, un médico, dos sargentos, un maestro armero, un cabo y un ordenanza. En total su número varió de los 776 voluntarios de enero de 1874 a los 1.125 de abril de 1874. El número de bajas fue de 300, el 14'5% por fallecimiento o enfermedad, el 60'6% por cambiar de puesto en la defensa de la ciudad y el 24'9 por abandono o deserción.
El Batallón reflejaba la composición de la sociedad bilbaína. Estaba formado mayoritariamente por vizcaínos, un 66%, el resto era natural de otras provincias españolas o de las colonias americanas y un 0'5% de extranjeros. El 71% eran menores de 40 años por lo que podemos deducir que la población joven de la Villa colaboró en su defensa. La mayor parte de los auxiliares eran fabricantes, artesanos o comerciantes, lo que responde a las profesiones mayoritarias en la ciudad en esas fechas.
La actividad de los Auxiliares cobró gran relevancia durante el Sitio de 1874. De las 5.494 personas que defendían la ciudad el 1 de abril de 1874, 1.074 eran Auxiliares, casi el 20%. A partir del 24 de enero de 1874 los Auxiliares cubrían casi todas las guarniciones de la plaza desde las 19 horas a las 7 horas. Su importancia no radicaba únicamente en su contribución militar, sino que tuvieron un papel de gran importancia para mantener la moral de los sitiados.
Tras el levantamiento del sitio los Auxiliares se convirtieron en un símbolo de la resistencia frente al carlismo y algunos de sus componentes fueron los fundadores de la Sociedad El Sitio, que pervive en la actualidad.Mikel Urquijo