El nombre más antiguo por el que se conoce era Las Ibarras (La Ribera) y más exactamente El Robledal de las Ibarras, también se le conoció como Camino de Bustinzaurreta, por su proximidad al yacimiento de arcilla (bustina), allá hacía el siglo XIV.
Hay tres versiones sobre el origen de este nombre:
- Parece venir del Siglo XVII cuando se construyó en él un muelle, y más tarde los terrenos consolidados en la margen fluvial fueron cedidos a José Antonio Ugalde para instalar una cordelería, donde se fabricarían los chicotes empleados en el amarre y remolque de los barcos. Para retorcer y estirar dichas cuerdas, jarcias de marina que llegaron a tener 450 varas de largo, se instaló una gran rueda o volante, al que los bilbaínos dieron el nombre de "Volantín".
- Emiliano de Arriaga en su libro Lexicón afirma que «volantín» es cierto aparejo de pescar instalado en un campo al que se va de pesca o a la pesca.
- También puede ser porque a su entrada existió a principios del Siglo XIX un cuartel en el que se alojaban las tropas volantes, llamadas así, porque no se detenían más que una noche en el cuartel, el cual, por esa razón se llamó "de volantín". El edificio estaba sobre el mismo muelle, casi enfrente de la actual calle Tíboli.
En 1594 por escritura fechada a 26 de marzo, Pedro de Plaza, vecino de la Villa y de la anteiglesia de Begoña, otorgó a Bilbao todo el término y campo que le pertenecía en el de las Ibarras, en su camino hacia Deusto y en la ribera, hasta el lugar de la pesca y red de los «colaques», y la isla que en aquella parte formaba el río. Por esta escritura, que fue de concierto de pleito, se le abonaron 750 ducados por 300 solares o parcelas reconocidas en sus suelos. El Síndico Procurador de la Villa tomó posesión de dichos prados y heredades, con presencia del prestamero Merino del Señorío el 14 de septiembre de 1594. En 1760, Vicente Tristán de Aboitiz cedió al Ayuntamiento en permuta 669 estados en el paraje de las Ibarras, nombrado arbolar de la Grúa y El Siete, terrenos hoy conocidos como La Salve, a cambio de 2.719 estados de tierra que la Villa le otorgaba en Azaloreta, terreno privativo de Bilbao en Abando. En 1762, Diego Pedro de Allende Salazar y Castaños cedió 1.564 estados de tierra para alargar un tinglado que se fabricaba en el Campo Volantín (la cordelería de Antonio Ugalde) y dar a este mayor ensanche, a cambio de otros 1.901 estados pertenecidos de Bilbao en sus confines. El mismo año permutó Antonio de Castaños 375 estados de heredad en aquel paraje, por otros 500 pertenecientes a la Villa. En 1810 se enajenó por la Villa una extensión de esta vega del Campo Volantín a espaldas de la cordelería, en jurisdicción de Begoña, de más de 5.500 estados. Eran los suelos correspondientes a lo destinado «para enterrorio de los cadáveres de la tropa» (franceses) cuyos restos se trasladaron. Estos suelos eran anualmente arrendados desde el siglo XVI para la utilización de su prado y huertas, de donde derivó el nombre de «Huertas de la Villa».
El Consulado de Bilbao, en vista de las frecuentes inundaciones que sufría la Villa con el curso natural del río Ibaizábal (Nervión), decidió en 1654 abrir un cauce artificial por el Campo Volantín. En 1769 decretó el Ayuntamiento abrir y formar una calle recta desde el desembarcadero del convento de San Agustín, en el Campo Volantín, hasta el sitio llamado “La Grúa”, por ser el paseo público más usado y cómodo para el recreo común, y en este mismo año se construyó el muelle según proyecto del Señor Logier. Más tarde, en 1870, se rectificó o canalizó la arteria fluvial y, posteriormente, hacia 1920, se amplió el canal estrechando el paseo. Hoy queda muy poco del que fuera a finales del siglo XIX barrio residencial, cuando la burguesía adinerada de la Villa tomó estos parajes como lugar de estancia en el campo, sin perder de vista las aguas de la ría, fuente de vida de Bilbao, como diría Jacinto Gómez Tejedor. En 1986 se realizó una profunda remodelación del paseo que había quedado totalmente destruido tras las inundaciones del 26-27 de agosto de 1983.
En el paseo encontramos las siguientes construcciones:
Convento de San Agustín
El edificio auxiliar del Ayuntamiento de Bilbao
Variante ovoide de la desocupación de la esfera
Ferrocarril Bilbao - Las Arenas
Sanatorio de Salaverri
Colegio San Pedro Apóstol de “Las Italianas”
Javier González Oliver