Las Casas de Ramón de la Sota son un conjunto residencial de gran entidad urbana, que configura un amplio frente de manzana del segundo tramo de la Gran Vía, (número 45), proyectado por el arquitecto Manuel María de Smith en 1919. Tratan de reproducir las comodidades de la casa burguesa unifamiliar, disponiendo las estancias hacia la fachada principal y las habitaciones con las cocinas y zonas de servicio a los patios interiores. Disponen de tres fachadas: a la Gran Vía, y a las calles Iparraguirre y Máximo Aguirre.

Su promotor Ramón de la Sota pretendía edificar inicialmente en la totalidad de la manzana, incluyendo jardines interiores y un callejón particular. Tras construirse la zona con fachada a la Gran Vía volvió a intentarlo nuevamente, sin conseguirlo en ninguno de los dos casos.

Durante el periodo al que se adscribe la “Segunda Generación del Ensanche” se originó un cambio de rumbo en la arquitectura residencial bilbaína, con abundancia de casas de vecindad a partir de la segunda década del siglo XX. Esta edificación asume su condición de casa de vecindad burguesa o de lujo, de tendencia regionalista e influencia montañesa, propiciada por Leonardo Rucabado, siendo una de las muestras más notable y características de esa tendencia en Bilbao. Precisamente Leonardo Rucabado definió las pautas de ese estilo arquitectónico que tuvo gran difusión, y fue a su vez el arquitecto casi exclusivo de la familia Allende en el exclusivo ámbito urbano de Indautxu.

El repertorio de elementos constructivos utilizados es amplio y variado: torres, galerías con arcos, amplios aleros, cubos, pináculos de impronta regionalista, fachadas de piedra de sillería, balcones con antepechos de hierro forjado y retranqueos en los pisos superiores. En la planta baja se disponen locales comerciales, con el resto de plantas ocupadas en la actualidad por viviendas y oficinas. En su entorno inmediato se ubican una serie de edificaciones no menos singulares, como la Aurora de Manuel I. Galíndez, la Casa Power de Ricardo Bastida y las Viviendas y Oficinas de Ángel Líbano.

Es una de las obras más representativas y de mayor entidad urbana de Manuel María de Smith en Bilbao, donde también proyectó otras no menos interesantes como el Hotel Carlton, las Oficinas Sota-Aznar (en colaboración con F. Lindus Forge) y la Estación de Atxuri. Sin olvidar su abundante producción edificatoria en Bizkaia, especialmente en Getxo, y por supuesto el Palacio Artaza de Leioa para Víctor Chávarri. Es autor de una prolífica obra de variados estilos (regionalismo, inglés, neomedievalismo, eclecticismo y racionalismo) en la primera mitad del siglo XX.


Francisco J. García de la Torre y Bernardo I. García de la Torre