El Pueblo Vasco fue un diario de Bilbao, de igual título que otro diario, propiedad de Rafael de Picabea, que ya se publicaba en San Sebastián. Se fundó en 1910, cuando en Bilbao ya se publicaban El Noticiero Bilbaíno de la familia Echevarría, El Porvenir Vasco de Lafarga, vespertino, El Liberal, que entonces dirigía Aranaz Castellanos, El Nervión, cuyo director era Tomás Camacho, también vespertino, y sus principales competidores, Euzkadi y La Gaceta del Norte, representantes como El Pueblo Vasco de la denominada “buena prensa” católica. Los principales artífices fueron los hermanos Fernando y Gabriel Ybarra, este último diputado a cortes por el Partido Conservador. También participaron Rafael Picabea, propietario del rotativo de igual nombre de San Sebastián, y su director Juan de la Cruz. Picabea emitió escritura de cesión del nombre para Vizcaya en 1909 limitando la difusión a esta provincia, de manera que no colisionase con sus intereses en Guipúzcoa, y salió de la sociedad vizcaína en 1911. Entre ese año y 1913 Gabriel de Ybarra se hará definitivamente con las riendas del diario.
El Pueblo Vasco fue un diario monárquico, conservador y católico, según la inspiración de la buena prensa del papa León XIII. Desde el principio ocupó un espectro ideológico similar al de La Gaceta del Norte, en una pugna que se prolongará durante décadas, hasta la desaparición de ésta ya en la década de 1980.
El primer director fue Juan de la Cruz, bajo cuyas órdenes se hallaban, entre otros, Pedro Mourlane Michelena, Santiago de Arisnea, Octavio Mir Mata y Manuel Monreal. Más tarde escribirán también Rafael Sánchez Mazas, luego destacado dirigente falangista, o José María Salaverría. Gustavo de Maeztu se incorporó en 1911 con una tira cómica diaria.
Era un diario de empresa, que en 1912 ya se financiaba fundamentalmente mediante publicidad, que suponía el 54% de sus ingresos totales, mientras que el 25% venía de las suscripciones y el 19% de la venta diaria de ejemplares. En 1927 confesaba vender 8.000 ejemplares diarios.
A consecuencia del golpe de estado del general Sanjurjo, durante la República sufrió una suspensión, en agosto de 1932, como otros varios periódicos conservadores. Apoyó inequívocamente el alzamiento contra la República de julio de 1936, prueba de ello es el editorial “Muerto por la patria” de 14 de julio de 1936, sobre el asesinato de José Calvo Sotelo, jefe de la oposición. Fue incautado y en sus talleres se tiraron entre 1936 y 1937 Tierra Vasca, el órgano de ANV; el comunista Euzkadi Roja; y el republicano Unión. El 6 de julio de 1937 reaparece El Pueblo Vasco, y ese mismo día aparece en Bilbao un nuevo diario, portavoz de la Falange, El Correo Español, dirigido por Eusebio Zuloaga, que dura escasamente un año. Ambas cabeceras son obligadas a fusionarse, y surge así El Correo Español-El PuebloVasco. A finales del siglo XX se quedará con la denominación más sintética actual, El Correo.
Javier Díaz Noci