Tras la Primera Guerra Mundial, en 1915, un grupo de escritores entre los que se encuentran Mourlane Michelena, Rafael Sánchez Mazas, Fernando de la Quadra Salcedo, y Ramón de Basterra con el fin de crear en su literatura la imagen de un Bilbao cosmopolita, una ciudad abierta a las nuevas corrientes literarias, que en su caso tendrán que ver con el noucentismo.
Ese grupo toma el nombre de “Escuela Romana del Pirineo” y en un primer momento su escritor más conocido resulta Ramón de Basterra. Sus presupuestos estéticos se acercaban a lo que anunciaba Eugenio D’Ors y se basaban en la admiración por la estética imperial romana que Sánchez Mazas pudo ver por ser corresponsal en Roma durante la época mussoliniana, saludando la marcha fascista sobre Roma para el periódico ABC del que era corresponsal. La vinculación de Basterra con Roma es también estrecha, a través de su destino en la Embajada de Bucarest. Para el nombre se inspiraron en el círculo de Jean Moréas y su “Escuela Romana”
Podría definirse al grupo utilizando una descripción negativa del nombre: no era una Escuela, más bien una tertulia de escritores que se reunían en el café Lion D’Or, que quería imponer un criterio estético; no era romana, sino que querría ser romana como aspiración culturalista y mimetismo a una cultura, y Pirineo respondía más a una forma de alejarse de las referencias más localistas del nacionalismo vasco.
Entre la estética que utilizaba por un lado un componente idílico y por otro el perfume de la Roma antigua, y la política a la que se vieron impelidos por una admiración por el corporativismo y el fascio, llevó a algunos miembros del grupo a tomar parte de la corte literaria de José Antonio Primo de Rivera.
Jon Kortazar