La escultura de Antonio María de Trueba, obra del escultor valenciano Mariano Benlliure (1862-1947), se localiza en los Jardines de Albia, en Abando.
La historiadora Maite Paliza Monduate considera el monumento al poeta, cronista y escritor Antonio María de Trueba y de la Quintana (1819-1889) como uno de los hitos de la escultura conmemorativa de finales del siglo XIX. Por primera vez se adopta la solución de efigiar al homenajeado en una postura relajada, sentado y como si no estuviese posando y hubiese sido captada su imagen por sorpresa. La estatua se realizó en bronce y su fundición fue llevada a cabo por la firma de joyería y orfebrería Masriera de Barcelona, fundada en 1839 por Josep Masriera Vidal. El pedestal sobre el que se alza está labrado en piedra de mármol de Ereño y fue obra de Severino de Achúcarro y Mocoroa (1841-1910), arquitecto bilbaíno al que se puede adscribir al modernismo y al art nouveau. En el pedestal se pueden observar dos piezas de bronce, en la parte frontal del mismo, en las que se representan motivos ornamentales y figuras alegóricas.
Antonio Trueba, de origen humilde, nació en Galdames en 1819. De formación autodidacta, Trueba destacó por su obra literaria y su labor como cronista histórico. Su trayectoria le dio fama y obtuvo reconocimiento como autor ya en su época. La noticia de su muerte causó pesar en Bilbao y ya en 1890 se propuso la construcción de un monumento conmemorativo en honor al poeta y escritor en los Jardines de Albia.
Esta escultura recibió la Medalla de Honor en la Exposición Nacional de las Bellas Artes del año 1895.
Ana Prado