Con ocasión del décimo aniversario del Museo Guggenheim Bilbao, se convocó un concurso a fin de integrar aún más el Puente de la Salve dentro del conjunto del Museo. La escultura Arcos rojos (2007), obra del artista francés Daniel Buren (1938), fue la elegida por la belleza y elegancia del pórtico rojo que convertía en escultura al puente. Una solución visualmente sencilla, pero compleja desde el punto de vista conceptual. La escultura de Buren está conformada por paneles laminados compactos, acero galvanizado, metacrilato translúcido, film de PVC, LEDs y proyectores de halogenuros metálicos. Un material que transforma el puente en una estructura más amable y vistosa.
El diseño transforma el arco de sujeción del puente en un arco de triunfo de color rojo; una pieza vertical de color rojo cuyos bordes interiores y exteriores, cubiertos por bandas translúcidas en blanco y negro, dejan ver juegos de luces verticales. Los reflejos en la ría, en el titanio del Museo Guggenheim y la interactuación con las formas del mismo y la circulación del tráfico varían y complementan esta ambiciosa obra.
Ana Prado