La escultura homenaje a Juan Crisóstomo Arriaga está ubicada junto al Museo de Bellas Artes de Bilbao.
Juan Crisóstomo de Arriaga (1806-1826) es una de las figuras de la música más destacadas de la historia de Bilbao. Músico y compositor precoz, su talento se compara con el de Haydn, el joven Beethoven, e incluso con el de Mozart. Tras su prematura muerte, la villa de Bilbao le dedicó numerosos homenajes, bautizándose con su nombre el teatro, el conservatorio de música y se le erigió una escultura. Ésta cuenta con una compleja historia por su problemática realización y ubicación.
Todo comenzó en el año 1905, año en el que ayuntamiento de Bilbao, y con motivo de la celebración del centenario del nacimiento de Juan Crisóstomo de Arriaga, llegó al acuerdo de realizar una escultura homenaje al compositor. El concurso fue ganado por el escultor bilbaíno Francisco Durrio (1868-1940) quien no finalizó la obra hasta 1932. La espera culminó con la instalación de la escultura junto al Museo de Bellas Artes, descartándose la idea inicial de ubicarla en El Arenal.
F. Durrio representa en bronce a Melpóneme, la musa de la música, abrazando con fuerza una lira entre sus brazos, y mirando al cielo en un gesto de dolor por el fallecimiento del joven músico. La estatua de la musa se eleva sobre una base de granito adornada con numerosos símbolos orientales. Esta base fue realizada por Valentín Dueñas, discípulo de Durrio. La obra, llena de dramatismo y belleza, fue enseguida sometida a una campaña de críticas por la desnudez de la figura y desmantelada en el año 1948. En 1975 se instaló de nuevo junto al Museo, restaurándose en 1999.
Ana Prado