Situación.- G4. Empieza.- San Nicolás. Termina.- La Sendeja.
Conocida antiguamente como Travesera de Askao, su nombre viene del Convento de la Esperanza de las Madres Agustinas que se estableció en 1563. En tiempos, se conocía el lugar como paraje de las torneras, por los "tornos" de los varios conventos que había en la zona, hasta tres, pertenecientes a la Orden agustiniana.
El convento estaba constituido en beaterio, antes de 1536, y era atendido espiritualmente por los Padres Agustinos de San Bartolomé de Bérriz. Comenzó a observar clausura en virtud de la Orden Episcopal del 30 de marzo de 1521, que sería cumplimentada al poco tiempo por Paulo V, dirigida al obispo de Calahorra, Pedro González del Castillo, en la que obligaba a la clausura a todos los beaterios de su obispado. Dada la pobreza de las beatas, hubo dificultades para cumplir la orden hasta el 3 de abril de 1536. Se cerró la clausura después de haber dispuesto en secreto que Francisco de Aldía y Cathalina de Mendiola, su mujer, comprasen la casa, huerta y heredad en que se halla hoy el convento en 370 ducados, donde se instalaron definitivamente.
El beaterio primero de franciscanas trasladó en el siglo XV su residencia de Zaballa (Zabalbide), al beaterio de Santa Isabel en Askao. En los primeros tiempos utilizaban como iglesia un cuarto reducido en el que no cabían más de veinte personas, en este mismo año formalizaron su organización monasterial y las autoridades eclesiásticas les exigieron la vida de clausura. Al ir afianzándose económicamente, les permitió tener una finca en propiedad y transformar la pequeña iglesia en un nuevo templo y convento, construido según planos de Martín Ibáñez de Zalbidea y Cafranga, entre 1641 y 1645, el cual tuvo que "tajar" la peña del monte para asentar los edificios. En 1588 hubo disidencias entre las beatas, y cuatro de estas se separaron del beaterio de la Santa Cruz, fundando casa con la misma advocación, en las Calzadas de Begoña.
El 18 de marzo de 1874, una bomba vino a caer sobre el convento y, atravesando cuatro pisos llegó a la portería interior ocupada momentos antes por la comunidad. Con gran alarma acudieron al ruido y, ante la magnitud del peligro, invocaron la protección de Nuestra Señora de la Esperanza. La mecha se apagó al pie mismo de la imagen sin causar el artefacto ningún daño. Este proyectil se conserva en el convento como testimonio del suceso. El edificio actual fue construido en 1899 por el arquitecto Alfredo Acebal y Gordon.
En estos parajes se construyeron el nuevo frontón; el cinematógrafo Metropolitano, el frontón de señoritas Euskal Jai, el Cine Bilbao., el Cinema del soldado y el ascensor de Begoña.
Javier González Oliver