Estación terminal de ferrocarril de la Sociedad de Ferrocarriles Vascongados construida por el arquitecto Manuel María de Smith entre 1912 y 1916. 

La Sociedad de Ferrocarriles Vascongados se constituyó en 1906 tras la integración de tres líneas que, previamente, ya contaban con tráfico combinado y explotaciones conjuntas. Se trataba de de la Compañía del Ferrocarril Central de Vizcaya de Bilbao a Durango constituida en 1880, la Compañía del Ferrocarril de Durango a Zumárraga de 1884, y el Ferrocarril de Elgoibar a San Sebastián creado en 1891.

La estación terminal de la compañía de Bilbao a Durango se ubicó en el arrabal de Atxuri, en un terreno paralelo a la ría del Nervión, que no había quedado integrado en el resto de la ciudad y había seguido un desarrollo marginal. El primer edificio de la estación era un inmueble sencillo, similar a otros de viviendas circundantes.

En noviembre de 1911 la Sociedad Ferrocarriles Vascongados decidió erigir una nueva estación en sustitución de la ya existente. Con la nueva estación se quería ampliar y mejorar las instalaciones, erigir un edificio monumental que estuviese acorde con otros cercanos como el Hospital Civil (1818-1835), el Convento de la Encarnación (XVI-XVII), la Iglesia de San Antón (XV-XVI) o la recientemente construida sede de la Caja de Ahorros Municipal de Bilbao (1907). También se quiso reflejar la importancia de la compañía y de una de las principales entradas a la ciudad, de manera similar a como lo había realizado la Estación de la Concordia en 1902.

Para construir la nueva estación se organizó un concurso, lo que muestra la importancia que tuvo el proyecto para la compañía ferroviaria. El jurado del concurso fue elegido en febrero de 1912 y estuvo compuesto por los arquitectos locales Ricardo Bastida, Mario Camiña y José Picaza. El jurado premió la propuesta presentada por Manuel María de Smith, tras una selección previa en la que también estuvieron presentes los arquitectos Enrique de Epalza y Pedro Guimón.

Smith siguió los deseos de la compañía de realizar un edificio de estilo vasco. Prescindió del hierro y del cristal, habitual en otras estaciones ferroviarias, e inauguró un camino de gran éxito en la construcción de estaciones ferroviarias en base a formas vernáculas que el propio Smith y otros colegas ya estaban utilizando en diferentes edificios residenciales. El regionalismo de la estación de Atxuri también influyó en los cercanos grupos escolares de Ollerías (1922) y García Rivero (1923) del arquitecto municipal Pedro de Ispizua.

La estación de Atxuri contaba con dos cuerpos adaptados a la confluencia de dos calles, lo que motivó una forma irregular en forma de L. El cuerpo de menor altura y de desarrollo longitudinal, ocultaba las vías detrás de la estación que quedaron abiertas a la ría. Por lo que el viajero que llegaba a los andenes, al igual que en años anteriores, podía admirar una imagen tradicional y característica de la Villa presidida por el puente y la iglesia de San Antón.  

Destacaba el chaflán del edificio de Atxuri, que presentaba una mayor altura de dos pisos y una torre central con un reloj, un escudo y el nombre de la compañía sobre una balconada. La planta baja abierta con arcadas albergaba los servicios necesarios (acceso, salida para viajeros, paso de ganado, vestíbulo, taquilla, sala de espera, equipajes, almacenes, oficinas y lavabos). El primer piso un café- restaurante con terraza y dependencias anejas: cocina, office y lavabos. Y el último piso diez dormitorios, un w.c. y un cuarto de limpieza. 

En 1914, al poco tiempo de terminarse las obras del edificio central, Smith realizó obras de ampliación en el mismo. En 1939 se cubrió la terraza del primer piso con una construcción que intentaba imitar el edificio originario. Asimismo el edificio auxiliar de estructura longitudinal paralelo a la calle de Atxuri se alargó con dos alturas, en lugar de una, en un intento de querer imitar la estructura del cuerpo principal. En la actualidad el edificio presenta estos y otros cambios fruto de intervenciones desarrolladas en años sucesivos, de tal manera que parte de su fachada y el interior, están totalmente alterados.

En la actualidad la estación sigue en funcionamiento como parte de la red Eusko Trenbideak.

 


Francisco Javier Muñoz Fernández