Nació en Bilbao el 12 de marzo de 1800. Hijo de María Nicolasa Abarrategui, natural de Durango y Joaquín Vicente Larrinaga, teniente coronel retirado de los Reales ejércitos, patrón único y divisero de San Vicente de Arbacegui, natural de Bilbao y regidor capitular.
Desde el inicio de la Guerra Civil Carlista en 1833 hasta 1851 Eulogio Larrinaga fue uno de los personajes más estrechamente vinculados a la gestión del Ayuntamiento de Bilbao y prototipo de personaje de la burguesía rentista de Bilbao con influencia en su gestión político-administrativa. Participó en la compañía de carabineros así como en la comisión permanente de guerra creada el 9 de junio de 1836.
Su ideario político-ideológico se situaba en el campo del fuerismo liberal de
inspiración conservadora.
En 1841 fue propuesto para Diputado General de Bizkaia pero en el sorteo
resultó nombrado Diputado tercero y en la revuelta antiesparterista del 5 de
octubre de 1841 se alzó con el cargo de Diputado segundo de la Diputación,
siendo al mismo tiempo alcalde ordinario de la villa de Bilbao. Perteneció al
núcleo destacado de personas que conspiraron y en la causa que se les abrió fue
condenado a la pena de muerte en garrote y multa de 100.000 reales, (El
Vizcaíno Originario, nº113, 21 de junio de 1842) sin que la máxima pena fuese
ejecutada. Al parecer logró exiliarse, ya que durante los acontecimientos de
julio de 1843 que derrocaron a Espartero del Gobierno, estuvo ausente y cuando
los alzados propusieron el restablecimiento del Ayuntamiento de octubre de 1841
convocaron exclusivamente al segundo alcalde Vicente Ansotegui, en lugar de
Eulogio Larrinaga.
Ocupó la alcaldía de Bilbao durante 5 años en el decenio de los 40 y por tanto
le convirtió en el mandatario que más tiempo permaneció en dicho cargo en
Bilbao durante el siglo XIX.
Durante su primer mandato al frente de la alcaldía, la coyuntura política
resultó muy inestable. Comenzó el año con la abolición del pase foral por
decreto del 5 de enero de 1841. En consecuencia, la iniciativa política y administrativa
residiría en adelante, sin impedimento legal alguno, en el Gobierno central.
Durante su primer periodo como alcalde se impulsaron dos proyectos. El primero,
fue la construcción de un Instituto de segunda enseñanza, y el segundo la
creación de un museo en Bilbao. Finalmente el proyecto quedó reducido al simple
almacenamiento de materiales y libros en un piso de la calle Jardines.
Durante lo sucesivos mandatos de alcalde en 1846, 1848, 1849 y 1851 procuró que la villa histórica llegara a su plenitud urbanística. En 1851 finalizaron las obras de edificación de la plaza Nueva, el puente de hierro de Isabel II (1848) que representaba la apertura de la villa hacia el nuevo escenario físico y urbano de su desarrollo. Otras obras fueron el derribo convento de San Agustín y limpieza de escombros, empedrado y demás en plaza del Mercado, conservación del arbolado en el paseo Campo Volantín, plaza de la Cruz, reforma del empedrado en Bilbao La Vieja, empedrado en Iturribide y construcción del cuartel de San Francisco entre otras. Asimismo, se procedió al arreglo en la carretera a Balmaseda, en el camino de carros de los Santos Juanes, y reforma de accesos obras en puente colgante. En 1851 se inauguró el Instituto de 2ª enseñanza. También se impulsó el proyecto de ferrocarril Irún-Madrid, por Bilbao.
Joseba Agirreazkuenaga