Euskaltzaindia, la Academia de la Lengua Vasca o Academie de la Langue Basque, fue fundada en 1919, a raíz de la iniciativa tomada por los participantes en el primer Congreso de Estudios Vascos y la organización que resultó del Congreso, Eusko Ikaskuntza (Sociedad de Estudios Vascos). La fundación se consolidó bajo el auspicio, aprobación y patrocinio de las diputaciones de Álava, Bizkaia, Gipuzkoa y Navarra. Después de la conquista por los franquistas de Bilbao, permaneció bajo el amparo de su presidente Resurrección María de Azkue en una peculiar situación de alegalidad que perduró durante la dictadura de F. Franco. En 1976 consiguió el reconocimiento oficial en el Reino de España con carácter de Real Academía y en la Republica de Francia es aceptada como entidad desde 1995.
Euskaltzaindia cuenta con académicos o académicas de número. La primera académica de la historia fue Miren Azkarate. Su número puede llegar a un total de treinta y dos, si bien actualmente cuenta con veintinueve. En su distribución están representados todos los dialectos, en euskara euskalkia, así como los siete territorios con personalidad histórica propia, es decir, Álava, Alta Navarra, Baja Navarra, Bizkaia, Gipuzkoa, Lapurdi y Zuberoa. Cuenta además con miembros de honor y miembros correspondientes.
Como Academia de la Lengua, está estructurada en comisiones que afrontan diferentes tareas. Dejando a un lado las dedicadas a cuestiones administrativas, dichas comisiones son la Comisión de lexicografía, cuyo frunto más importante ha sido la publicación Diccionario General Vasco, la Comisión de Gramática, la Comisión del Atlas Lingüístico, la Comisión de Onomástica, la Comisión de Literatura y la Comisión de Lengua Hablada. Sin embargo, la principal aportación de Euskaltzaindia transciende los aspectos parciales de tal o cual Comisión. Se trata de lo que se ha venido en llamar Euskara Batua, o Euskara Unificado, si bien sus principales promotores, como Txillardegi, Gabriel Aresti, Luis Villasante y Koldo Mitxelena, lo definieron en diversas publicaciones como la “Lengua Literarira Común”.
La sede central de Euskaltzaindia se ubicó en Bilbao, calle Ribera, 6, en un piso propiedad de Resurrección María de Azkue. Durante la época de mayor represión del Franquismo, los locales de Euskaltzaindia acogieron las primeras clases nocturnas de euskara, cuyo promotor fue Xabier Peña, y que más adelante dieron lugar a las campañas de alfabetización de vascófonos por iniciativa de Ricado Arregi en 1966. Asimismo en su ámbito se crearon nuevos métodos de aprendizaje del euskara. En 1975 por iniciativa privada de Anton Artiñano se fundó la primera academia de enseñanza del euskara, Ulibarri Euskaltegia. En los mismos locales se desarrollaron otras actividades, como la preparación de obras teatrales.
En su sede de la Calle Ribera Euskaltzaindia fue acumulando una gran biblioteca que iba abarcando las temáticas más diversas, en su última época bajo la dirección del ilustre musicólogo y archivero José Antonio Arana Martija.
Ante la lamentable situación que una institución tan insigne y unos fondos tan importantes soportaba en los locales de la Calle Ribera, en 1985 la Diputación Foral de Bizkaia, presidida José María Makua firmó un acuerdo de cesión de su actual sede, sita en la Plaza Nueva, que fue inagurada oficialmente el 21 octubre de 1991.
La sede central de Euskaltzaindia alberga la Azkue Biblioteka eta Artxiboa (Biblioteca y Archivo Azkue), cuyo nombre recuerda al que fuera su primer presidente, Resurrección María de Azkue. Situada en la planta tercera del edificio, con una hermosa vista sobre la Plaza Nueva, que la llena de luz natural, está abierta tanto a investigadores como al público en general.
El órgano oficial de Euskaltzaindia, desde su fundación, es la revista Euskera. Desde hace varios años viene publicando la revista literaria Erlea, bajo la dirección de Bernardo Atxaga. Además su servicio de publicaciones ha desarrollado un rico catálogo de publicaciones acerca de las temáticas de sus áreas de competencia, como gramática, lexicografía, dialectología, toponimia, onomástica, sociolingüística o historia de la lengua, entre otras.
Edorta Jimenez