El 26 de Agosto de 1983 acaecieron unas graves inundaciones en Bilbao, que también afectaron a numerosos municipios de Bizkaia y el País Vasco, con motivo de las lluvias torrenciales originadas por las circunstancias meteorológicas de una gota fría.
Las condiciones orográficas del País Vasco en general, con montes y abundantes períodos de lluvia, han ocasionado a lo largo de la historia riadas e inundaciones periódicas en los abundantes ríos que discurren por pueblos y ciudades.
En el caso de Bilbao las consecuencias han sido importantes, desde los orígenes de la ciudad en las siete calles, afectando a las edificaciones, los puentes y los espacios urbanos aledaños a la ría. Hay constancia de ello en los Ss. XIV, XV, XVI, XVII, XVIII, XIX y XX.
Las más recientes de 1983 tuvieron una gran repercusión, por su intensidad y por suponer de manera simultánea un punto de inflexión en el devenir de la ciudad. El declive industrial que había llegado a su punto más álgido y el efecto causado, de manera especial en el ámbito del Casco Viejo, fueron los detonantes para iniciar un profundo proceso de transformación. Precisamente en los años ochenta se pusieron en marcha entidades como Surbisa y la Oficina Municipal del Plan, con cometidos complementarios: una dedicada a la rehabilitación de los edificios existentes, y otra para definir las directrices de la nueva ciudad del futuro.
Durante la tarde y noche de ese 26 de Agosto y celebrándose la Aste Nagusia de Bilbao, las intensas lluvias torrenciales coincidieron con la pleamar y derivaron en una gran riada. Aumentó el nivel del agua varios metros y se produjeron grandes pérdidas materiales e incluso vidas humanas.
Se vieron afectados comercios, calles, carreteras, puentes, suministro de electricidad y agua, y distribución de alimentos. La recuperación de las graves consecuencias originadas requirió un gran esfuerzo de las instituciones contando además con la solidaridad de voluntarios, que colaboraron en operaciones de limpieza y retirada de los escombros y el barro.
Posteriormente ha habido momentos para el recuerdo, con motivo del 25 aniversario (1983-2008) y del 30 aniversario (1983-2013), programando actividades que se han plasmado en exposiciones, documentales y publicaciones.
Francisco J. García de la Torre y Bernardo I. García de la Torre