Juana Whitney nació en Inglaterra en 1857, fue hija de un diplomático ingles asentado en Niza y de madre francesa. En 1872 Juana Whitney conoció en París a Manuel Maeztu Rodríguez, de origen vasco-navarro y afincado en Cuba. En 1874 los Maeztu-Whitney se trasladó a Vitoria (Araba) donde fijaron su residencia. Juana Whitney, que nunca se casó con Manuel de Maeztu, tuvo cinco hijos, Ramiro (4.05.1874), Ángela (15.05.1877), Miguel (29.02.1880), María (18.07.1881) y Gustavo (30.08.1887).
A pesar de tratarse de una familia acomodada, en la década de los años 90 sufrieron de manera directa la inestabilidad de las colonias españolas y la pérdida por lo tanto de todo su patrimonio. En 1894, Manuel Maeztu se trasladó a Cuba para gestionar su patrimonio donde murió ese mismo año. Como consecuencia directa de la guerra de la independencia cubana el patrimonio de los Maeztu se vio seriamente mermado.
Juana Whitney ante la ruina económica de la familia y el fallecimiento de su marido resolvió trasladarse a Bilbao. En 1894, el hijo mayor de Juana Whitney, Ramiro de Maeztu, comenzó a trabajar el diario bilbaíno, El Porvenir Vascongado. Al parecer, fue su madre, Juana Whitney, la que le consiguió el empleo. Ese mismo año, 1894, Juana Whitney abrió la Academia Anglo-Francesa para señoritas en la calle Ledesma nº 8 de Bilbao. Whitney, aprovechó la educación que había recibido en Francia y sus conocimiento de los idiomas inglés y francés para abrir este nuevo negocio. La academia, de carácter laico, tuvo como maestras a sus hijas, Ángela y María.
María de Maeztu, hija de Juana, estudió en la escuela pública de Concha en Bilbao y con 14 años comenzó sus estudios en la Escuela Normal Superior de Maestras en Vitoria. Tras un breve periodo de tiempo colaborando en las labores de docencia en la academia, María decidió acceder a la oposición de Maestros Nacionales, abandonando así, la academia de su madre.
En 1901, Juana Whitney ante los escasos ingresos que le proporcionaba la academia decidió optar a una plaza vacante en la cátedra de Francés en la Universidad de Salamanca. En estos años Miguel de Unamuno era Rector de la Universidad de Salamanca y por ello se dirigió a él para conocer las condiciones laborales y económicas del puesto. Finalmente, Whitney optó por permanecer en Bilbao y dar un nuevo impulso a la Academia.
En 1902, Whitney amplió los estudios ofrecidos en su academia calle Ledesma ofertando estudios de preparación para el acceso a Magisterio. Entre 1902 y 1912 el número de alumnas creció ostensiblemente por lo que se hizo necesario el buscar un nuevo local para la academia. Finalmente, la nueva academia se ubicó en el número 4 de la calle Obispo Orueta. En esta ocasión, Whitney contó con la ayuda financiera de Horacio Echevarrieta. En la calle obispo Orueta también estuvieron ubicadas las oficinas de Horacio Echevarrieta, el gimnasio Zamacois, y la sede de El Liberal en Bilbao.
En la academia Maeztu, como fue denominada por los bilbaínos estudiaron las hijas de los dirigentes políticos de izquierdas de Bilbao. Un ejemplo de esto fue el caso de la hija de Indalecio Prieto. Otro de los alumnos ilustres de Whitney fue el poeta Blas de Otero que cursó sus estudios de Primaria en la Academia Maeztu.
A medida que pasaba el tiempo, Juan Whitney se convirtió en un referente en el mundo cultural de Bilbao. Sus hijos María, Ramiro y Gustavo habían conseguido un gran éxito en sus carreras y los tres tuvieron una proyección nacional e internacional muy relevante. Mientras esto sucedía, Juan Whitney siguió dirigiendo su Academia junto con su hija Ángela. Una de sus señas identificativas fue la pedagogía aplicada en su academia donde los valores morales, la cultura y la libertad fueron sus pilares.
En 1915, María de Maeztu se hizo cargo de la Residencia de Señoritas en Madrid. Esta nueva dedicación de su hija le proporcionó a Juana tener una gran influencia a la hora de recomendar posibles candidatas a asistir a las clases de la Residencia. De esta manera, numerosas cartas entre Juana y María demuestran como recomendaba a su hija aprobar el acceso de algunas de las alumnas de Whitney en la Residencia.
Juan Whitney fue una mujer de gran cultura y, como hemos visto, su modernidad le llevó a destacar en los círculos culturales de Bilbao. Por ello, a lo largo de 1920 compagino sus tareas como directora y docente con la dirección de la Asociación Protectora de Animales y Plantas de Bilbao. La Asociación se había creado unos años antes gracias al impulso de la Asociación Nacional de Animales y Plantas de Barcelona. Este tipo de asociaciones las podemos ubicar dentro de las corrientes naturistas del momento que abogaban por conseguir un mayor respeto a la naturaleza. Juana Whitney fue presidenta de esta asociación entre 1925 y 1930. La mayoría de las actuaciones de la Protectora mientras que Juana fue presidenta estuvieron enfocadas en proteger a los animales y plantas de entorno bilbaíno. Desde la asociación se promovieron diferentes propuestas para proteger los animales de carga de los malos tratos que les proporcionaban los dueños, la defensa de las plantas de la ciudad como los tilos de la plaza del Ensanche o la prohibición de cazar pájaros. Junto a estas acciones, también se promovieron concursos literarios y musicales cuya temática era la protección de la naturaleza.
La Academia Maeztu siguió funcionado hasta el verano de 1936. Juana Whitney y su hijo Gustavo se trasladaron en estas fechas a su residencia de verano ubicada en la población de Estella (Navarra). El inicio de la Guerra Civil el 18 de julio de 1936 les obligó a permanecer en Estella y finalmente convertieron su residencia estival en definitiva. Su hijo mayor fue detenido el 31 de julio de 1936 e internado en la cárcel de Las Ventas. El 29 de octubre de 1936 fue fusilado sin juicio previo por el ejército republicano en el cementerio de Aravaca. Por otra parte, su hija María de Maeztu tras conocer la muerte de su hermano Gustavo marchó al exilio y fijó su residencia en Argentina. Ante estos acontecimientos, Juana Whitney se recluyó en su casa de Estella y murió el 28 de marzo de 1945.María José Villa Rodríguez