Fue miembro de una dilatada familia de comerciantes y
capitalistas bilbaínos. Como afirma Alfonso Otazu, José Antonio Urigüen, sastre
de oficio, a su regreso de Méjico y París constituyó una casa de comercio con
sus sobrinos, los Urigüen La Concha. Desde mediados del siglo XIX, los hermanos
Ezequiel, Juan Antonio y Luciano Urigüen La Concha se hallaban asociados para
la comercialización de frutos coloniales, fundamentalmente cacao. Disponían de
flota propia y, en concreto, la fragata J.A.U., que respondía a las iniciales
de su armador, realizaba la ruta Bilbao-Burdeos-Valparaíso-Lima-Guayaquil.
Su vinculación al comercio les llevó también a intervenir en negocios
ferroviarios. Impulsaron la puesta en marcha del ferrocarril Tudela-Bilbao
(1858), integrando el primer Consejo de Administración de la compañía. Participaron
asimismo en negocios financieros, fueron fundadores del Banco de Bilbao (1857) y de la Compañía General
Bilbaína de Crédito (1861), y tomaron parte en la creación de la Sociedad
Anónima Bolsa de Comercio de Bilbao (1889).
Fue clave el papel de los Urigüen La Concha en el proceso de urbanización del Ensanche bilbaíno, dadas las propiedades que poseían en dicho enclave y la actividad inmobiliaria que desarrollaron, fundamentalmente, en las inmediaciones de la Campa de Albia y Uribitarte.
El 1 de enero de 1859 Juan Antonio Urigüen fue nombrado alcalde de Bilbao en sustitución de Carlos Adán de Yarza. La corporación centró su actividad en proyectos de reciente aprobación que habían de ser impulsados por su gran trascendencia para la villa: el ferrocarril Bilbao-Tudela (R.O. de 6.06.1857), cuyas obras habían dado comienzo en Abando, los cortes de la ría en Sendeja para mejorar la navegabilidad y la conducción y distribución de aguas potables de Uzcorta y la Alberca.
Similar interés suscitó la ampliación de límites jurisdiccionales de la villa, cuyo expediente hubo de ser nuevamente formado y presentado al Gobierno por desconocerse el paradero del elevado con anterioridad. Responsables de la gestión municipal impulsaron esta “vieja” aspiración de la villa, pusieron en marcha los resortes administrativos correspondientes, implicaron a personalidades influyentes y comisionados en Corte en las gestiones con el Gobierno y recabaron la opinión del vecindario de Abando. A este respecto, fue nombrada una comisión municipal para “explorar la voluntad de las personas influyentes de Abando” a fin de conseguir la realización de la incorporación a la villa de dicha anteiglesia.
Otras cuestiones gestionadas fueron: el nombramiento de una comisión municipal para tratar con la Junta de Comercio la posible mejora de la barra y el puerto; la liquidación de cuentas del extinguido Consejo de Administración del ferrocarril de Madrid a Irún por Bilbao entre la Diputación, Junta de Comercio y Ayuntamiento de Bilbao; gestiones con la Diputación sobre la conducta a seguir con el Gobierno respecto a la Ley de desamortización civil, así como sobre la Estadística y trabajos del nuevo nomenclator y numeración de casas, reclamados por el Gobernador; la toma de medidas con motivo de la epidemia de viruela manifestada, y la presentación de proyectos por la comisión de Paseos, jardines y arbolados para mejora del Arenal.
El 27 de abril de 1859 fue sustituido en su cargo por José Blas Arana.
Susana Serrano Abad