El pintor Juan de Barroeta Anguisolea nació en Bilbao, el 10 de octubre de 1835, y allí murió, el 10 de abril de 1906. Fue hijo de Juan Barroeta Lecanda y Rufa Anguisolea Agurirre, quienes tuvieron otros cinco hijas, además de él, el único varón. También su padre fue pintor, lo que sin duda fue en acicate para él.
Murió sin descendencia, lo que unido al hecho de que las sucesivas vanguardias lo retiraran al limbo de los olvidados, ha dificultado sobremanera obtener datos sobre su vida.
Sabemos que con dieciséis años se fue a a cursar estudios en la Escuela de Bellas Artes de San Fernando, en Madrid. Allí completó su formación den el taller de Federico Madrazo, continuador de las saga de pintores que había iniciado su padre, José Madrazo. Opositó dos veces a la plaza de pensionado de Roma, en 1855 y 1857, sin conseguirla en ninguna de las ocasiones. Quien sí la obtuvo fue su amigo y compañero José Casado del Alisa, en 1855.
En 1856 participó en la Primera Exposición Nacional de Bellas Artes de Madrid, en la que su obra La resurrección de Lázaro logró la medalla de tercer clase. De regreso en Bilbao tras fracasar en 1959 en su intento de lograr la plaza de pensionado en roma, fue haciéndose un lugar como retratista, tal y como queda patente en un somero repaso a los nombres que retrató, tales como Severino Achúcarro, Pablo Alzola, Joaquín Barroeta Aldamar, Víctor Chávarri, Casilda Iturrizar, Pedro Novia de Salcedo, José Modesto Rochelt Palme o Rafaela Ybarra. Incluso llegó a pintar el retrato de Alfonso XIII recién llegado a ocupar el trono.
También cultivo la rama paisajista en sus cuadros y además participó como dibujante en diversas revistas, figurando entre los fundadores de la titulada El Precursor. También trabajó en los bocetos y las decoraciones de la ópera Roberto y Fausto.
Durante la Primera República fue concejal en el Ayuntamiento de Bilbao y como militante liberal que era participo en la de defensa de la villa durante el sitio de los carlistas.
Su obra está representada en varios museos vascos, entre otros. En el Museo de Bellas Artes de Bilbao cabe contemplar la obra Vista de El Abra de Bilbao desde Algorta, de 1886, una magnífica muestra de sus cualidades como paisajista. En se puede ver la obra Retrato de don Agustin de Obieta, de 1897, que deja patente su valía como retratista. Para la Diputación Foral de Bizkaia realizó algunos retratos, además de una Virgen del CarmenEdorta Jimenez