Fue hijo de Eulalia Landaluce y José Pantaleón Aguirre, Alcalde de Bilbao en
1838, destacado comerciante, industrial, financiero y propietario rural del
Bilbao de mediados del XIX.
Presidió la Alcaldía de Bilbao Juan José Aguirre durante la I República. Fue nombrado Alcalde de Bilbao el
24 de agosto de 1873 en sustitución de Eusebio García.
La administración local hubo de centrar su gestión en paliar los efectos de
la contienda carlista.
En un discurso, pronunciado el 31 de agosto de 1873, Juan José Aguirre se
definía como un “liberal de toda la vida, convencido y constante”, y hacía suya
la frase que su padre, individuo “inolvidable” de la Junta de Armamento y
Defensa, había lanzado a los sitiadores de la villa bilbaína: “Bilbao no se
rinde”. En tono de arenga militar, pidió la unión de todos los bilbaínos,
“compatriotas unos y otros dentro de la patria liberal”. “España necesita del
empeño para salvarse y Bilbao puede dar ejemplo”, concluía.
Los cuatro meses finales de 1873 el Ayuntamiento bilbaíno debió hacer frente a: las tareas de fortificación; la crisis de subsistencias, para lo cual se formó una comisión especial encargada del aprovisionamiento de artículos de primera necesidad (harina, alubias, trigo, maíz, cebada, etc.), bien por incautación o compra, como la harina adquirida en Santander; el corte en el suministro de agua, por haber sido destruidas las conducciones de los manantiales de Abrisqueta y Uzcorta; la interceptación de caminos de manos de los carlistas; la prestación de socorros al vecindario de los barrios más alejados, afectados por los ataques carlistas, gestionando la ocupación de las viviendas deshabitadas en el casco urbano mediante llamamiento a los propietarios de viviendas libres; los quebrantos para llevar a cabo las obras públicas en curso dadas las circunstancias del país (falta de mano de obra, irregularidades en el suministro de materiales, etc.); las dificultades en la gestión sanitaria ante las vacantes producidas en el seno de la Junta de Caridad del hospital; las alteraciones en la gestión de la administración local, como lo fue, sobre todo, la recaudación de arbitrios, y el déficit del erario municipal, agravado por el escaso eco del llamamiento realizado a la población para habilitar recursos y la tardanza en el establecimiento de la contribución de guerra debido a la falta de acuerdo en la fijación de cuotas de contribución y su reparto.
El 29 de diciembre de 1873 daba comienzo un largo sitio en la villa al ser interceptado el paso de la ría en Zorrotza.
Cesó en su cargo el 2 de enero de 1874 y fue sustituido por Felipe Uhagón.
Susana Serrano Abad