Aunque su origen se remonta a la antigua Roma, en la Edad Media comenzaron a celebrarse en Francia y el Reino de Aragón juegos florales con trovadores y poetas que cantaban al amor y a la belleza. A mediados del siglo XIX se volvieron a celebrar en Barcelona bajo el lema “Patria, Fides, Amor”.
Ese mismo lema fue el utilizado en los primeros juegos florales de Bilbao celebrados en agosto de 1901 en el Teatro Arriaga. Con Ángeles de Oriol, esposa de Fernando María Ybarra, como reina del evento, se trató de recuperar las señas de identidad de lo vasco a través de concursos literarios.
Diferentes asociaciones y corporaciones públicas y privadas sufragaron los premios que abarcaban numerosos géneros artísticos. En el tiempo que permaneció abierta la convocatoria, llegaron un sinfín de obras, monografías, poemas, partituras, planos y bocetos. Aunque, a diferencia de otros juegos florales celebrados en el País Vasco, en este el castellano tuvo más protagonismo. Destacable resulta en este sentido el controvertido discurso que allí pronunció Miguel de Unamuno sobre la extinción del euskera y la universalidad de la humanidad, respondido rápidamente por Sabino Arana y Goiri.
En abril de 1959, la Universidad de Deusto volvió a organizar unos juegos florales como canto a la espiritualidad de la poesía. En este caso la reina de la fiesta fue Pilar Aresti Victoria de Lecea con una numerosa corte de damas compuesta por lo mejor de la sociedad bilbaína. El galardón, una flor natural, se lo llevó el poeta Luis López Anglada con su Canto a Bilbao. En aquellos juegos también tuvo un papel importante el escritor de la Generación del 27 Gerardo Diego, como exalumno de la Universidad de Deusto.
Para festejar el 75 aniversario de la construcción de la Casa Consistorial actual, el ayuntamiento organizó unos juegos florales en el Teatro Arriaga en abril de 1967. Su mantenedor u orador de honor fue Esteban Calle Iturrino, prolifero periodista bilbaíno y teniente de alcalde de la Villa en 1934.
Ale Ibarra Agirregabiria