Mariano Aróstegui nació en Bilbao el 13 de noviembre de 1878. Su madre, Magdalena Ugarriza Urruticoechea, quedó viuda, por lo que tuvo que trabajar como cigarrera para mantener a su familia. Aróstegui comenzó a trabajar desde niño en los Tribunales de Justicia de Bilbao. Pronto fue ascendido a la categoría de escribiente, desde donde fue progresivamente ascendiendo en la escala profesional hasta ser habilitado como procurador. Mas tarde, llegaría a ser Decano del Colegio de Procuradores de Bilbao. Un hombre hecho a sí mismo, en definitiva.
De tendencia ideológica liberal y monárquica, se mostró afín a los postulados de la Liga de Acción Monárquica, pero antepuso a cualquier vinculación partidista su espíritu liberal, propio de su profundo sentir bilbaíno. Este carácter liberal se ve reflejado en su vinculación a la Sociedad El Sitio y su activa participación en las tertulias que tenían lugar en El Arenal.
Alcanzó la presidencia de la alcaldía del Ayuntamiento de Bilbao en 1923, sustituyendo a Juan Francisco Arancibia Lebario, en unos momentos de inestabilidad política y conflictividad social que derivaron en la instauración de la Dictadura de Primo de Rivera. El cambio de gobierno puso fin a las corporaciones locales existentes por lo que Mario Aróstegui fue cesado de su cargo. Al finalizar la Dictadura de Primo de Rivera fue elegido en 1930 Teniente de Alcalde, cargo que ocupó hasta la proclamación de la II República.
Aróstegui ocupó la alcaldía de Bilbao durante apenas dos meses, por lo que su gestión se reducirá a poner de nuevo en marcha el “aparato administrativo” después del bloqueo sufrido durante el mandato de Arancibia. Por ello, en los dos meses de su mandato, la vida municipal se redujo a ratificar los acuerdos y aprobar los proyectos que el Ayuntamiento precedente no había podido consumar.
Los proyectos aprobados giraron en torno a la marcha de la urbanización del Ensanche, la mejora de la Instrucción pública y la ampliación de las infraestructuras viarias. Así pues, se aprobó la habilitación de las calles Mazarredo y Alameda de Urquijo y fue ratificado el convenio entre Juan Luis Ibarra y el Ayuntamiento para la apertura y urbanización de Alameda de la Revilla. Se acordaron obras de urbanización y saneamiento en Larraskitu y Zamácola, así como la expropiación de los terrenos para urbanizar la campa de Rekalde.
En el campo educativo y cultural se aprobó la ampliación de la biblioteca de la Escuela de las Cortes, y la adquisición de obras para la Biblioteca Municipal de Unamuno y la Biblioteca Municipal de Pérez Galdós. Asimismo, se aprobó la provisión de plazas para la Escuela Municipal de Torre Urizar, Escuela Municipal de Indautxu y Escuela Municipal de Múgica.
En relación a las obras viarias, se estudiaron los proyectos de nuevas líneas de tranvía urbano, en concreto, una que, desde la calle Particular de Allende alcanzaba Alameda de San Mamés, por Unamuno y Urrutia, y otra que conectaba la calle Fernández del Campo con Autonomía a través de la calle Iparraguirre. La Compañía del Ferrocarril Bilbao-Portugalete tramitaba con el Ayuntamiento su nueva estación. Otro de los proyectos de obras públicas que se aprobó fue el de las obras de mejora de la Casa Galera y del Mercado Antiguo. El 30 de septiembre de1923 fue cesado en su cargo y nombrado para sustituirle a Justo Somonte Iturrioz.
Susana Serrano Abad