En el mes de Noviembre de 1958 se promulgó un decreto desde el Ministerio de la Vivienda por el que se concedía un cupo de 4000 viviendas para la villa de Bilbao con el fin de resolver el problema tanto de las edificaciones clandestinas -40.000 chabolistas- como el del subarriendo –más de 100.000 subarrendados-.
Pero no sería efectivo hasta el 27 de Mayo de 1959 cuando se decretó el Plan de Urgencia Social de Bizkaia y dentro de este plan para edificar 50.000 viviendas en cinco años estaba integrado el proyecto del polígono de Otxarkoaga.
Fue la delegación en Bizkaia del COAVN quien aportaría a doce jóvenes arquitectos al proyecto: Pedro y Javier Ispizua, Domingo Martín Enciso, Rufino Basañez, Julián Larrea, Esteban Argarate, Antonino Zalvide, Martín de la Torre, Javier Aristegui, José Antonio Cirion, Luis Saloña y el veterano Juan Madariaga. A estos arquitectos se unirían los arquitectos del Ministerio de la Vivienda, Luis Gana y Javier Sada de Quinto.
La elección del emplazamiento en Otxarkoaga (Begoña) por los dirigentes del Ministerio de la Vivienda, fue por su ubicación física al estar junto al nuevo acceso a Bilbao por Begoña, por la creciente industrialización de los valles colindantes de Etxebarri, Galdakao y Basauri, además de agruparse en un núcleo urbano, en una zona muy soleada, sin humos, protegida de vientos, con verde vegetación y paisaje sedante. También resaltaron las autoridades el carácter que le proporcionaba de ciudad jardín. Se llevó a cabo bajo un mínimo movimiento de tierras, con orientación suroeste y una ordenación siguiendo la máxima amplitud de vistas rectas agrupadas, dejando espacio libre para los edificios complementarios, con un alto soleamiento y para lograr espacios ajardinados que le conferían un agradable efecto.
El proyecto diseñado fue para 3.672 viviendas del tipo Subvencionadas para 18.600 habitantes. Con una composición de 4 núcleos residenciales, con 4.800 habitantes cada uno, más el principal donde estaban ubicadas las oficinas, un centro comercial, una sala de espectáculos y una parroquia. En el conjunto de edificios complementarios se diseñaron 3 centros comerciales, 3 escuelas, dos iglesias e incluso varias guarderías.
Los bloques de viviendas fueron lineales o en altura, con un total de 8 rascacielos, que fueron distribuidos en 114 bloques y según la topografía del terreno. De la calle principal que era la del Centro Cívico partían el resto de comunicaciones. Los fuertes desniveles del terreno, obligaron a una urbanización escalonada con muros de contención y escaleras de acceso. Tres premisas se siguieron en urbanismo: adaptación al terreno, orientación y máxima amplitud entre viviendas. La tipología de las viviendas vino impuesta por el terreno y por las directrices del INV que sostuvo cuáles serían los m2 e incluso cómo sería la distribución de las viviendas. Predominó el modelo de la vivienda de 3 dormitorios, aseo, y pieza única comedor, estar, cocina ya que respondía al tipo familiar medio de 5 o 6 miembros. Las fachadas fueron de ladrillo visto, sin retranqueos, ni entrantes ni salientes.
Hubo una aportación constructiva innovadora con la utilización experimental de un sistema de prefabricación pesada de patente francesa, el sistema Fiorio. La consecuencia de haber tenido éxito hubiese sido la utilización sistemática de este sistema constructivo en la edificación de viviendas y edificios complementarios del plan previsto por el INV de erigir varios polígonos residenciales por todo el Gran Bilbao. No obstante, chocarían dos posiciones antagónicas: la industrialización y los sistemas artesanales.
La obra del polígono se dividió entre varios grupos de arquitectos de esta forma acabarían reduciendo los problemas, economizando y dándole rapidez a la terminación del proyecto, lo que no supuso sino cumplir con las premisas del Ministerio de la Vivienda.
Otxarkoaga aportaba a Bilbao un nuevo léxico y un modo de entender el urbanismo con un desarrollo a través de los polígonos residenciales, es decir, miles de viviendas en el exterior de la trama urbana, con una tipología austera, con una distribución en abierto, en altura, que sirvió como laboratorio de experiencias constructivas con la utilización de sistemas de construcción prefabricada o la aportación de innovadores materiales. Además de ser la última gran actuación de la iniciativa pública en Bilbao (junto a Otxarkoaga, dentro del PUS, estaba Uretamendi erigido por los jesuitas para resolver el problema chabolista en el monte Arraiz o Castrejana por la iniciativa privada para resolver el déficit en viviendas para los subarrendados) Otxarkoaga fue el primer polígono residencial. Posteriormente se erigirían en la zona de Begoña dos polígonos más, Ensanche de Begoña y Txurdinaga.
Luis Bilbao