Grupo de viviendas protegidas construido ente los años 1954 y 1958 por Viviendas Municipales de Bilbao, Sociedad en Comandita. Proyecto de los arquitectos Pascual Perea Aguirre (1890-1974), Pascual Perea Chávarri (1921-2008) -padre e hijo- e Hilario Imaz Arrieta (1894-1968), es un edificio en forma de L situado en la Calle San Francisco de Bilbao. Conforma una plaza urbana, la Mariaren Bihotza Plaza o Plaza Corazón de María, de aproximadamente 5.000 metros cuadrados, convenientemente orientada al este y complementada por una planta baja con galería cubierta en los dos cuerpos del edificio. El lado corto del grupo se compone de viviendas con fachada hacia la Plaza o hacia el Casco Viejo, mientras que el lado largo es un cuerpo de dos crujías donde las viviendas cuentan con doble orientación este-oeste.

Tras aprobarse la Ley de Viviendas de Renta Limitada y el I Plan Nacional de Vivienda en 1954, los promotores públicos siguieron asumiendo su papel de proveedores de la parte del mercado residencial que el privado olvidaba: el de la clase obrera. El mismo año 1954 se caracterizó por la actividad desplegada en el Ayuntamiento de Bilbao y la Diputación de Vizcaya y por el incremento en el número de sus proyectos puestos en marcha. De hecho Viviendas Municipales y Viviendas de Vizcaya, las respectivas sociedades promotoras de ambos entes públicos, comenzaron a aprovecharse de las nuevas facilidades dadas por el Gobierno como si de entidades privadas se tratara. En mayo de 1955 la primera institución ya había solicitado las ayudas correspondientes para construir 111 hogares en el barrio de San Francisco. Aquel nuevo grupo significaba un quiebro en los criterios de la Junta de Viviendas Municipales porque consolidaría otro modelo de inversión e intervención en la Villa, en oposición al de grandes barrios en la periferia urbana como Torremadariaga en Deusto y Párroco Unceta en el distrito de Begoña. Durante un lustro la operación inmobiliaria sería aprovechada para reestructurar el tejido urbano, recurriendo a la creación de plazas o espacios de esparcimiento público que completaran la ciudad. De esta fecha son los grupos de la Plaza Miguel de Unamuno en el Casco Viejo y el de San Francisco. En este segundo, se aprobó por el Ayuntamiento dos años atrás un proyecto para la ordenación de una plaza como consecuencia de los antiguos derribos que habían dejado vistas todas las medianeras de los solares contiguos, acordándose organizar dos nuevas fachadas hacia el parque mediante una operación inmobiliaria.

El interés del edificio reside en su relación con la plaza y la calle San Francisco. Las proporciones de la primera en relación con la altura de cinco plantas y el ritmo de las fachadas provoca un espacio urbano de generosas dimensiones, convirtiéndose en la fecha de su construcción en el corazón público del barrio.

Asier Santas