El distrito municipal número dos de Uribarri se encuentra orientado al Norte en la margen derecha de la ría y se compone de los barrios de Castaños, Matiko-Ciudad Jardín, Uribarri y Zurbaran-Arabella. Tal y como sucede en otros distritos de Bilbao, se asienta sobre un terreno con grandes diferencias de nivel entre la zona baja más urbana junto al borde de la ría, que progresivamente ha ido expansionándose hacia las laderas del monte Artxanda, y la zona alta más rural.
La contigüidad entre el Casco Viejo y Begoña ha condicionado la pertenencia en el tiempo de ciertas áreas limítrofes a una u otra jurisdicción. Es el caso del barrio de Castaños que formaba parte de la anteiglesia de Begoña hasta finales del s. XIX. Precisamente ese entorno privilegiado, y de manera especial el ámbito próximo a la ría, comenzó a adquirir cierto protagonismo urbano en la época de cambio de siglo, coincidiendo poco más o menos con la aprobación y puesta en marcha del nuevo Proyecto de Ensanche de la ciudad en la vega de Abando. Buena parte de la burguesía bilbaína prefirió asentarse al borde de la ría en la misma margen derecha eligiendo para sus mansiones el Campo de Volantín, y continuando así la extensión del recinto histórico. En esos momentos se trasladó la ubicación del antiguo Ayuntamiento adosado a la Iglesia de San Antón, erigiéndose un nuevo edificio de trazado ecléctico, también junto a la Ría en la margen derecha, en el solar que ocupó el Convento de San Agustín. De los palacetes que se fueron construyendo quedan pocos en pie, destacando el Palacio de Olábarri junto al Puente de la Salve, habiendo subsistido gracias a los sucesivos cambios de uso. Y las Casas de la Cava de la familia Ibarra, propietaria de los terrenos de toda esa zona incluso los que albergan la Universidad de Deusto.
Ya en las primeras décadas del s. XX se dotaron a los barrios de lavaderos públicos, en tiempos en los que las viviendas todavía no disponían de agua corriente de manera habitual. Como muestra aislada de esa tipología arquitectónica, otra singular edificación, el antiguo Lavadero de Castaños, transformada en mercado y finalmente en centro cívico, subsiste como referencia del estilo modernista, que dejó escasos pero notables ejemplos de equipamientos públicos.
El crecimiento de la ciudad en el Ensanche y la demanda de viviendas fueron abriendo nuevas perspectivas edificatorias, ocupando áreas en la ladera del monte Artxanda. Se adoptaron los modelos de “ciudad jardín” anglosajona, con edificaciones de viviendas unifamiliares, bifamiliares o de baja densidad, inspiradas en los estilos ingleses o regionalistas (neovasco). En el caso de la Urbanización de la Ciudad Jardín el programa residencial incorporaba una amplia dotación de equipamientos, incluyendo un centro social con diversas dependencias. Los arquitectos más reconocidos de la época proyectaron esas viviendas en torno a los años treinta del s. XX. Posteriormente el Plan General de Ordenación Urbana de Bilbao aprobado en 1995 ha incorporado también esa tipología edificatoria en ladera.
Avanzando el s. XX la zona del Campo de Volantín fue perdiendo sus mansiones, dando paso a nuevos edificios de viviendas colectivas originando un núcleo residencial que convive con otras dotaciones educativas y religiosas. Destacan dos centros escolares construidos en diversas épocas y estilos: uno ecléctico de finales del s. XIX y posteriormente ampliado, las Escuelas Viuda de Epalza, y otro moderno en lo alto con novedoso sistema prefabricado de los años ochenta del s. XX, el Colegio Zurbaran.
Otra cuestión a constatar es el desarrollismo de la época de la posguerra, con un urbanismo sin planificación alguna derivado del auge industrial, en este caso en torno a la fábrica de Etxebarria, que también hizo mella en este ámbito.
Si el funicular de Artxanda ya forma parte inseparable del paisaje urbano de este distrito, la línea 3 del Metro va a ampliar sus comunicaciones urbanas y metropolitanas.
Francisco J. García de la Torre y Bernardo I. García de la Torre