Vista Alegre es el nombre de la plaza de toros que podemos considerar como definitiva en la historia de las plazas en las que se han venido celebrando corridas de toros desde el siglo XVII hasta la actualidad.
El coso que contaba con 12.000 localidades y un presupuesto que ascendía a 454.259,56 pesetas, comenzó a construirse el 8 de diciembre, sobre los planos diseñados por el arquitecto Sabino de Goicoechea Echevarría “Argos”, que realizó dicha labor desinteresadamente. La Biblioteca de Instrucción y Caridad, sita en la calle Carnicería Vieja, fue la sede en la que se acogieron las primeras suscripciones después de que se aprobara la iniciativa de que los beneficios de la gestión de la futura y definitiva plaza fuesen para los asilos de Bilbao y el Santo Hospital Civil.
La inauguración de Vista Alegre tuvo lugar el 13 de agosto de 1882 a las cuatro de la tarde. Presidido el festejo por el Gobernador civil de Vizcaya, Antonio Pirala, el cartel que inauguró la historia de Vista Alegre estaba formado por Manuel Fuentes “Bocanegra”, José Lara “Chicorro” y Fernando Gómez “El Gallo”, que lidiaron toros de Joaquín Pérez de la Concha.
El primer toro lidiado en Vista Alegre se llamaba “Casaillo” y lo recibió con la capa Manuel Mejías Luján “Bienvenida”, de la cuadrilla de “Bocanegra” y el primer par de banderillas lo puso “Llaverito”, que no era si no el apodo con el que se anunciaba en los carteles Rafael Guerra, que sería uno de los grandes del toreo en el futuro y el segundo “califa” cordobés en la historia de la tauromaquia.
El 14 de octubre de 1900, la Junta General de Accionistas, determinó entregar Vista Alegre a los asilos de la Santa Casa de Misericordia y Hospital Civil de Bilbao, siendo nombrada la primera Junta Administrativa el 4 de diciembre de 1900, que estaba formada por cuatro miembros de la Junta del Santo Hospital Civil, 4 de la Santa Casa de Misericordia y 4 de Sociedad recién disuelta de la plaza de Toros de Vista Alegre.
El 4 de septiembre de 1961 fue la fecha en que se celebró el último festejo en la plaza de Vista Alegre ya que en la madrugada del 5 de septiembre se declaró un incendio imposible de sofocar debido a las restricciones de agua que estaba sufriendo Bilbao en esos días.
Al día siguiente la Junta Administrativa de la plaza, con el alcalde de la Villa, Don Lorenzo Hurtado de Saracho, al frente, tomó la decisión de construir un nuevo coso que se levantó en tiempo record. Nueve meses después de que las llamas borrasen las huellas de la antigua Vista Alegre, se inauguró la nueva plaza un 19 de junio de 1962, un magnífico y moderno proyecto arquitectónico, obra de Luis Gana, que diseñó una plaza cómoda, con accesos amplios y buenas instalaciones.
El festejo inaugural tuvo cierto carácter benéfico pues los matadores solo cobraron la mitad de sus honorarios y los ganaderos cedieron los toros desinteresadamente. El cartel que abrió la nueva era en la historia de Vista Alegre estaba formado por: Antonio Ordóñez,, Cesar Girón y Rafael Chacarte, con toros de Juan Pedro Domecq, Gamero Cívico, Atanasio Fernández, Antonio Pérez, Marqués de Domecq y Urquijo.
El aforo de la nueva Vista Alegre era de 14.781 localidades. La peculiaridad de esta plaza, detalle que resulta ser una seña de identidad del coso es el aspecto de la arena que procede de las minas de hierro de Vizcaya.
El primer toro que saltó a la arena se llamaba “Limonero” de la ganadería de Juan Pedro Domecq, marcado con el número 32 y un peso de 495 kilos. Lo lidió el rondeño Antonio Ordóñez, que cortó la primera oreja de la corrida que marcó un antes y un después en la historia taurina de Bilbao.
Desde entonces hasta hoy, Vista Alegre es referencia entre las plazas españolas. Toreros, ganaderos y aficionados coinciden en resaltar la categoría de la plaza que por tradición apuesta por la presentación de un toro con trapío y armonía de hechuras. En Vista Alegre se cuidan con esmero los detalles relacionados con el rito de la corrida, desde los ornamentos con que se engalana la plaza, mulillas, banderillas…hasta el tradicional apartado a medio día, un acto solemne, único en España ya que además de sortear los toros de la corrida, se rinde especial tributo al toro y a su ganadero.
Desde el punto de vista cultural, es una plaza que cuenta con una extraordinaria colección de carteles, que a lo largo de su historia han sido encargados a los mejores pintores de la época. Su Museo Taurino es uno de los mejores de España por la metodología con que expone su historia, sus fondos y el material en exposición.
Vista Alegre, que en el 2012 cumplió su 50 Aniversario, está considerada, de entre las de primera categoría, como una de las cuatro plazas más importantes de España.
Covadonga Saiz